El pasado lunes 13 de agosto se presentó en Rillo con una enorme afluencia de público la escultura ‘A los que duermen’, obra de la escultora Carmen Escriche Balfagón, natural de dicha localidad.
“Es un proyecto de largo recorrido pues comienza como una petición de su padre, Joaquín. Él quería hacer un monumento a la cama, como un gran invento que es. Juntos tomaban café con Samuel, el herrero, y planificaban su realización.
Tras la muerte de su padre, y posteriormente la de Samuel retoma la idea, no para ensalzar el objeto sino para homenajear su figura y lo hace extensivo a todas las personas que han fallecido, a las que han formado parte de su trayectoria vital y a todos los que han hecho la historia de los lugares que habitaron.
La artista vivió en Rillo hasta los catorce años y quiere recordar a los vecinos que ya no están pero que han dejado una huella más o menos profunda en mayor o menor número de personas. Para unos son anónimos y para otros son las personas más importantes de sus vidas.
La escultura es una cama, cuatro rotundos postes rematados con bolas de alambre grueso, están unidos por una “colcha calada”. La cama, que es un mueble para el descanso pero trata de evocar un lugar para el sueño infinito.
‘A los que duermen’, está situada junto al camino de la ermita de la Virgen de la Rosa, sobre un pedestal de piedra que ha realizado con la colaboración de sus hermanos.”, según se recogía en la nota de prensa.
“Es un proyecto de largo recorrido pues comienza como una petición de su padre, Joaquín. Él quería hacer un monumento a la cama, como un gran invento que es. Juntos tomaban café con Samuel, el herrero, y planificaban su realización.
Tras la muerte de su padre, y posteriormente la de Samuel retoma la idea, no para ensalzar el objeto sino para homenajear su figura y lo hace extensivo a todas las personas que han fallecido, a las que han formado parte de su trayectoria vital y a todos los que han hecho la historia de los lugares que habitaron.
La artista vivió en Rillo hasta los catorce años y quiere recordar a los vecinos que ya no están pero que han dejado una huella más o menos profunda en mayor o menor número de personas. Para unos son anónimos y para otros son las personas más importantes de sus vidas.
La escultura es una cama, cuatro rotundos postes rematados con bolas de alambre grueso, están unidos por una “colcha calada”. La cama, que es un mueble para el descanso pero trata de evocar un lugar para el sueño infinito.
‘A los que duermen’, está situada junto al camino de la ermita de la Virgen de la Rosa, sobre un pedestal de piedra que ha realizado con la colaboración de sus hermanos.”, según se recogía en la nota de prensa.